¿Por qué nos afectan tanto las mañanas cuando nos encontramos deprimidos?

¿Por qué nos afectan tanto las mañanas cuando nos encontramos deprimidos?

Nos encontramos con diferentes motivos por los que las mañanas nos viene cuesta arriba:

Dificultades para conciliar el sueño
Despertares nocturnos
Acostarse cansado y seguir “trabajando mentalmente” (rumiaciones)
Insomnio, pesadillas, terrores nocturnos                                                                                                                                                       Acostarse muy activo (hacer deporte por la noche, ver televisión, cena pesada, discusión, preocupaciones, etc).

Es evidente que, después de pasar una noche “movida” por la mañana uno esté agotado física y mentalmente y la desidia nos domine. Por tanto, la sintomatología depresiva afecta en gran medida por las mañanas.

Por otro lado, cuando una persona se dispone a comenzar el día y se encuentra en bajo estado de ánimo le surgen afirmaciones como:

Se siente peor por la mañana y mejor por la noche. Sentir el peso de todas las cosas pendientes por hacer a lo largo del día hace que nos cueste arrancar más por las mañanas. La noche, por el contrario, es un momento de descanso, en donde las responsabilidades de mañana aún quedan lejos. La noche es como un “respiro”.

Nada es divertido. Las rutinas son aburridas. Nada interesa demasiado. “Antes disfrutaba más que ahora de mi vida”

Falta de energía diaria. Las causas de la falta de energía son muy variadas, pero entre ellas está el propio ánimo bajo, la dificultad para dormir o la alimentación.

Capacidad para vivir la vida en primera persona. Es la sensación de que las cosas no fluyen. Uno no forma parte de ellas sino que adquiere un papel observador de las cosas. Hace que las rutinas sean más lentas y tediosas.

Los demás son más felices que yo. Sensación de amargor debido a constatar que los demás son capaces de disfrutar, pero yo no.

Abuso de los hábitos de desconexión rápida. Tal es el caso del abuso del alcohol o la comida con el fin de obtener calma o una desconexión que alivie las sensaciones o síntomas depresivos.

Aumento del uso de estimulantes como la cafeína y complejos vitamínicos. Una taza de café puede hacer que se sienta mucho más activado y optimista. La sensación de que necesito vitaminas puede ser un indicador o un signo depresivo.

Sensación de estar dejando pasar la vida. Es la sensación de que no estamos aprovechando nuestra vida. Los objetivos de cada día no nos satisfacen. Nos parecen insuficientes y nos vemos atrapados en rutinas que no deseamos.

 

ALGUNAS DE LAS POSIBLES SOLUCIONES PARA IR CARGANDO PILAS DURANTE LA MAÑANA

Tener una rutina.  Cuando nos sentimos tristes, tendemos a alterar nuestros patrones  o ritmos diarios de actividad. Esto afecta al sueño, y éste afecta a los niveles de energía y motivación para afrontar la rutina.

Controlar los pensamientos. Cuando nos encontramos con rumiaciones sentimos no poder parar, pero sí se puede. Para esos pensamientos y busca distracciones (contar, leer, escribir, hablar con un amigo, salir a la calle, etc). No dejes que esos pensamientos te invadan porque son los que te quitan las ganas de levantarte de la cama. Pregúntate; ¿haciendo otra cosa que estar en la cama me encontraré mejor?, y para responderte a esa pregunta deberías comprobarlo.

Alimentación saludable y ejercicio diario. El desayuno es muy importante y si disfrutamos de él mucho más. Y como siempre digo, el deporte es uno de los mejores antidepresivos del mundo.

Vivir el momento. Si piensas en lo que vas a hacer en el momento de levantarte y no en lo que tienes que hacer durante todo el día no te sentirás igual de obligado y agobiado.

Finalmente y muy importante, si notas que por ti solo no eres capaz de solucionar tus problemas y las mañanas cada vez se te hacen más cuesta arriba, pide ayuda. Cuanto antes nos pongamos en manos de un profesional nos será mucho más fácil resolver nuestro problema.

 

Emilia Cabanes Amodeo

Psicóloga Clínica y de la Salud