- Introducción. Definición de intolerancia a la lactosa y su prevalencia en la población. ∙ Breve explicación de la digestión de la lactosa y su relación con la enzima lactasa.
2. Síntomas y diagnóstico. Descripción de los síntomas más comunes de la intolerancia a la lactosa. ∙ Métodos de diagnóstico utilizados en la práctica clínica.
3. Alimentación y tratamiento
4. Alternativas alimentarias para las personas con intolerancia a la lactosa. Descripción de suplementos de lactasa y su eficacia en el tratamiento. ∙ Discusión sobre la eficacia de las dietas bajas en lactosa.
5. Relación con otras enfermedades.
Relación entre la intolerancia a la lactosa y otras enfermedades gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable.
Discusión sobre la relación entre la intolerancia a la lactosa y la salud ósea, la microbiota intestinal y la inflamación.
1. Introducción.
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir completamente la lactosa, un azúcar presente en la leche y los productos lácteos, debido a una deficiencia de la enzima lactasa. La lactasa es necesaria para descomponer la lactosa en glucosa y galactosa para que puedan ser absorbidos en el intestino delgado.
La prevalencia de la intolerancia a la lactosa varía según la edad y la etnia. Se estima que afecta alrededor del 65% de la población mundial. En los países asiáticos, africanos y sudamericanos, la prevalencia es mayor que en los países europeos y norteamericanos.
2. Síntomas y diagnóstico
La lactosa es descompuesta en el intestino delgado por la enzima lactasa. La lactasa se encuentra en las células del borde en cepillo de las vellosidades intestinales. Si hay una deficiencia de lactasa, la lactosa no se descompone completamente y se mueve hacia el intestino grueso, donde las bacterias la fermentan. La fermentación de la lactosa puede causar síntomas gastrointestinales como distensión abdominal, flatulencia, diarrea y dolor abdominal.
Los síntomas más típicos de la intolerancia a la lactosa incluyen dolor abdominal, hinchazón, gases, diarrea, náuseas y vómitos. Estos síntomas pueden aparecer de 30 minutos a 2 horas después de consumir alimentos o bebidas que contienen lactosa. Los síntomas pueden variar en intensidad y duración.
Los métodos de diagnóstico incluyen el test de hidrógeno espirado y la prueba de intolerancia a la lactosa.
En el test de hidrógeno espirado, se mide la cantidad de hidrógeno en el aire exhalado después de consumir una cantidad de lactosa. Si el nivel de hidrógeno en el aire exhalado es alto, puede indicar que hay una intolerancia a la lactosa.
En la prueba de intolerancia a la lactosa, se mide la cantidad de glucosa en la sangre después de consumir lactosa. Si la cantidad de glucosa en la sangre no aumenta, puede indicar una intolerancia a la lactosa.

3. Alimentación y tratamiento
Las personas con intolerancia a la lactosa pueden encontrar dificultades para obtener los nutrientes necesarios si no se ajustan adecuadamente su alimentación. A continuación, se describen algunas alternativas alimentarias que pueden ser útiles para las personas con intolerancia a la lactosa:
- Productos lácteos sin lactosa: existen en el mercado numerosos productos lácteos sin lactosa, que son una alternativa segura y adecuada para las personas con intolerancia a la lactosa. Estos productos se elaboran mediante la adición de lactasa a la leche, lo que convierte la lactosa en azúcares más simples que pueden ser fácilmente digeridos. Los productos sin lactosa disponibles incluyen leche, queso, helado y yogur.
- Leches vegetales: son una alternativa adecuada para las personas con intolerancia a la lactosa. Se pueden obtener a partir de diferentes fuentes, como la soja, la avena, el arroz, la almendra, el coco y la avellana. Estas leches no contienen lactosa y son ricas en nutrientes, como proteínas, vitaminas y minerales.
- Alimentos ricos en calcio: las personas con intolerancia a la lactosa pueden tener dificultades para obtener suficiente calcio, lo que puede aumentar el riesgo de osteoporosis y otros problemas de salud ósea. Para evitar esto, se deben consumir alimentos ricos en calcio, como vegetales de hojas verdes, tofu, sardinas, salmón, almendras y semillas de sésamo.
Los suplementos de lactasa están diseñados para ayudar a las personas con intolerancia a la lactosa a digerir los productos lácteos sin experimentar síntomas. Estos suplementos contienen la enzima lactasa, que descompone la lactosa en azúcares simples que el cuerpo puede digerir. Los suplementos de lactasa se pueden tomar en forma de pastillas, líquidos o cápsulas.
Los estudios han demostrado que los suplementos de lactasa pueden mejorar los síntomas de la intolerancia a la lactosa en las personas que los toman antes de consumir productos lácteos. La dosis recomendada de suplementos de lactasa depende de la cantidad de lactosa que se va a consumir y puede variar de persona a persona.
Las dietas bajas en lactosa pueden ser una estrategia eficaz para reducir los síntomas de la intolerancia a la lactosa en las personas afectadas. Estas dietas implican limitar o evitar los alimentos que contienen lactosa, incluyendo productos lácteos, ciertos tipos de panes, cereales y otros alimentos procesados.
Las investigaciones han demostrado que las dietas bajas en lactosa pueden reducir los síntomas de la intolerancia a la lactosa, incluyendo dolor abdominal, hinchazón, gases y diarrea. Sin embargo, estas dietas también pueden limitar la ingesta de nutrientes importantes, como calcio, vitamina D y proteínas, por lo que se debe tener en cuenta la posible necesidad de suplementación.
4. Relación con otras enfermedades
La intolerancia a la lactosa no solo tiene un impacto en el tracto gastrointestinal, sino que también se ha investigado su relación con otras enfermedades gastrointestinales y su impacto en la salud ósea, la microbiota intestinal y la inflamación.
Una de las condiciones más comúnmente asociadas con la intolerancia a la lactosa es el síndrome del intestino irritable (SII). La evidencia sugiere que la intolerancia a la lactosa puede estar presente en un alto porcentaje de pacientes con SII, y que
la eliminación de la lactosa de la dieta puede mejorar los síntomas en algunos pacientes. Sin embargo, los estudios también han encontrado resultados inconsistentes y se necesitan más investigaciones para determinar la verdadera relación entre la intolerancia a la lactosa y el SII.
Además, la intolerancia a la lactosa también puede tener un impacto en la salud ósea. La lactosa es un azúcar presente en la leche que se convierte en glucosa y galactosa por la acción de la enzima lactasa. La galactosa es importante para la formación de tejido óseo, y se ha demostrado que la falta de galactosa en la dieta puede contribuir a una disminución de la densidad mineral ósea. Sin embargo, la eliminación de la lactosa de la dieta no necesariamente tiene un impacto negativo en la salud ósea, ya que se pueden obtener fuentes alternativas de galactosa en la dieta.
Además, la microbiota intestinal también puede verse afectada por la intolerancia a la lactosa. La lactosa no digerida puede actuar como sustrato para las bacterias intestinales, lo que puede resultar en un crecimiento excesivo de ciertas especies bacterianas y cambios en la composición de la microbiota intestinal. Sin embargo, la eliminación de la lactosa de la dieta no necesariamente tiene un impacto negativo en la microbiota intestinal, ya que se pueden obtener fuentes alternativas de carbohidratos fermentables que pueden favorecer la diversidad bacteriana.
Finalmente, la intolerancia a la lactosa también se ha asociado con la inflamación intestinal. Se cree que la lactosa no digerida puede actuar como un irritante para la mucosa intestinal, lo que puede resultar en un aumento de la permeabilidad intestinal y la liberación de citocinas inflamatorias. Sin embargo, los estudios sobre la relación entre la intolerancia a la lactosa y la inflamación intestinal son limitados y se necesitan más investigaciones para determinar la verdadera relación.
En resumen, la intolerancia a la lactosa puede tener un impacto en la salud gastrointestinal, ósea, microbiota intestinal y la inflamación. Se necesitan más investigaciones para determinar la verdadera relación entre la intolerancia a la lactosa y estas condiciones. En la práctica clínica, se recomienda que los pacientes con intolerancia a la lactosa trabajen con un profesional de la salud para desarrollar una dieta adecuada y asegurarse de que están recibiendo suficientes nutrientes esenciales.